CONFERENCIA EPISCOPAL DE
PERÚ
Orientaciones Éticas para
las Elecciones Generales
22/02/2001
1. La
Iglesia ha acompañado al pueblo peruano en su caminar. Quiere hacerlo también en
este momento importante de las Elecciones Generales
2001.
2. Ante la
dramática crisis de valores que ha sacudido los cimientos mismos de nuestra
Sociedad, como Pastores queremos lanzar un enérgico llamado a retornar con
decisión a los valores fundamentales de nuestra cultura, cuyas raíces se hunden
en el Evangelio de Jesucristo. Ha sido el alejamiento de estos valores lo que
nos ha llevado a esta situación; y solamente la vuelta a ellos nos sacará de
esta espiral de corrupción y violencia.
Primero: el bien común
3. “La
Iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida que asegura la
participación de los ciudadanos y garantiza a los gobernados la posibilidad de
elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien de sustituirlos
oportunamente de manera pacífica” (Juan Pablo II, “A los cien años”, no. 43).
4. El fin
principal de la política es el servicio al país y al pueblo,
lo que llamamos el bien común. Este bien común debe pesar más que los intereses
particulares de personas o de grupos, sean quienes sean.
5. El bien
común exige alcanzar los grandes sectores geográficos y humanos de nuestro país.
No debe dejar ninguno al margen del desarrollo integral, aún con el motivo de la
rentabilidad económica.
6. En
particular, es obligación de la política y de los gobernantes responder a las
necesidades más sentidas de los pobres y marginados, que representan la mitad de
los peruanos. ¿Qué se propone para el 50% de pobres que tiene el Perú?
Campaña
electoral
7. Los
candidatos deben presentarse con la voluntad de servir, y no de beneficiarse con
el poder. Deben tener competencia, sólidos principios morales, principalmente
honestidad.
8. Los
candidatos y los grupos políticos deben presentar sus ideas y propuestas con
claridad y veracidad sobre la situación del país, y confrontarlas con otras
posiciones.
9. La
campaña electoral debe hacerse con dignidad y contenido, con miras constantes al
bien común del Perú. Que haya buen diálogo civil sobre temas de fondo, con el
debido respeto a las personas.
10. Los
electores, por su parte, deben:
- tratar de
conocer la calidad técnica y ética de los candidatos y de sus
listas;
- considerar
qué personas y propuestas responden más adecuadamente a los problemas del país,
no sólo en lo económico y político, sino también en lo social, jurídico,
educativo, cultural y moral;
- votar de
manera libre y responsable.
Instituciones y Medios de
comunicación social
11. Las
Instituciones del Estado deben respetar y hacer cumplir las normas establecidas
en la Constitución y en las leyes, para que, por su imparcialidad y su
integridad jurídica y técnica, haya una auténtica igualdad para todos.
12. Los
Medios de comunicación social, cuya influencia es decisiva para la democracia,
deben ajustarse a exigencias éticas, y no solamente a intereses económicos o
políticos. Su información debe ser veraz y honesta, respetando la dignidad de
las personas, y sin convertirse en una mera propaganda manipuladora o
interesada.
Orientaciones éticas en
el camino electoral
13. Primero,
que haya verdad. Para ser libres, necesitamos la verdad (Juan 8, 32). Las cosas
falsas o indebidamente ocultadas han hecho mucho daño al país. Los peruanos
tienen derecho a saber qué pasó en el Perú, y cuál es la real situación
económica, social y jurídica del país. Igualmente, tienen derecho a saber con
franqueza lo que piensan hacer los que quieren gobernar al Perú.
14. Segundo,
que haya justicia. La justicia es dar a cada persona y al pueblo lo que le toca
según la verdad y la equidad: sin prejuicio y sin depender del dinero o de
la política.
En particular, no se puede aceptar la impunidad para delitos
gravemente nocivos al país.
15. Tercero,
que se busque la unidad.
Somos hermanos y hermanas en el Perú y en la familia humana, y
debemos unirnos más. Este deseo de comunión “no supone uniformidad o
asimilación. Es más bien expresión de la convergencia de una multiforme
variedad, que se convierte en signo de riqueza y promesa de desarrollo... El
diálogo se apoya en la certeza de que hay valores comunes a todas las personas y
culturas” (Juan Pablo II, “Jornada Mundial de la Paz”, enero 2001, nos. 10 y
16).
16.
Finalmente, por encima de todo, que no falte el amor que es el vínculo de la
perfección, y que la paz de
Cristo presida nuestros corazones (Colosenses 3, 14). La
política, la técnica y la economía son importantes. Pero la civilización que
queremos construir es, fundamentalmente, una civilización de amor y de paz (Juan
Pablo II, id., nos. 9 y 10).
Conclusión
17. Recemos
a Dios nuestro Padre para que nos ayude a vivir mejor como hermanos y hermanas.
Pidámosle la luz y la sabiduría para elegir a los más capaces y con mayor
vocación de servir, especialmente a favor de los más pobres y necesitados.
Pidamos al Señor de la Historia la convicción y la fuerza necesarias para
trabajar con fidelidad y unidad al mayor bien de todo el Perú y de todos los
Peruanos.
Los Obispos
del Perú.